jueves, 13 de enero de 2011

Revelaciones Privadas a José Luis Belmonte, Argentina




08/01/2011                                                    15:25 Horas.


Dice Santa María:

Amados hijos míos, cuándo comprenderán que tienen que estar siempre unidos, que en la unidad encontraréis la paz y la armonía adentro de vuestros corazones y avanzaréis todos rumbo al sendero que os ha de llevar al gran encuentro, rumbo a la luz que emana el Corazón de mi Hijo que llegará a cada uno de vosotros iluminando vuestras almas y purificando vuestros pecados, cuando todos toméis conciencia que de la única forma de poder ingresar al Reino de los Cielos y vivir la vida después de la vida será cuando confeséis vuestros pecados con total arrepentimiento y dolor, cuando abracéis vuestras cruces sin preguntar por qué tengo yo que llevar una cruz que me pesa pudiendo ser libre y no tener que cargar con ella, por qué todo me está pasando a mí y os desesperéis y preguntéis continuamente el porqué, y os preguntaré, por qué no vosotros y sí vuestros hermanos, en qué os diferenciáis de cada uno de ellos, porque mi Hijo la llevó hasta entregarse por cada uno, Él que estaba limpio de todo pecado, y tomó sobre sus hombros los pecados de todos vosotros y cargó la cruz y la besó y le pidió al Padre que os perdonara uno a uno, y vosotros qué habéis hecho en todos estos años, os pregunto y quisiera que ésta misma pregunta os detuvieran un instante y en el silencio total os la hicieran y escucharan desde su interior la voz que os dice, simplemente todo, habéis hecho todo, pero todo aquello que sabíais que mortificarías no sólo a vuestros hermanos sino a vuestro Padre, habéis abrazado la ambición y el poder, os habéis apartado del gran rebaño y al apartarte de él os separasteis de mi morada dejando solo a vuestro Hermano sin que nada os importara, sin pensar un sólo instante que Él os espera cada día y espera que os deis cuenta que tenéis que volver, pero volver envueltos en la Llama del Amor, la misericordia y la paz para ser un verdadero misionero de la palabra, para volver a ser un verdadero Hijo de vuestro Padre, para no volver a juzgar más a nadie sobre vuestra tierra, y todo lo contrario, llevar la cruz bien en alto, abrazarte a ella y a cada paso que dais besarla y poner a sus pies todo lo que vayáis haciendo durante vuestro día. Hijos míos, si no construyen un mundo basado en la regla más importante que es el amor, si no aprenden a tender vuestros brazos y tomar la mano de aquel que está caído y os lo ayudan a levantar, pero sin repetirle a cada minuto lo que habéis hecho, si se entregan desde el corazón a la oración y os hacéis verdaderos misioneros del amor de CRISTO JESÚS y salgas a llevar la palabra puerta por puerta, si no comenzáis a tratar de rescatar de la oscuridad a millones de vuestros hermanos que se encuentran perdidos entre ella y no les permite ver la luz del amor, esa luz que brilla en toda su intensidad marcando el sendero que os guía a CRISTO JESÚS, entonces todo se perderá, todo será soledad, todo será llanto e inmenso dolor, y vosotros, amados pequeños míos, seréis los únicos culpables de hacer que la belleza se pierda, que la rosa más bella ya no florezca y que el canto de las aves no se escuche más sobre toda la tierra y el sol se oculte para dar lugar a la inmensa noche que os traerá lluvias, tormentas, huracanes, las altas cumbres harán escuchar su rugir arrojando fuego y lava sobre pueblos, y la tierra, vuestra tierra, no dejará de moverse continuamente, donde hay hielo habrá desiertos de arena y donde hay desiertos de arena habrá témpanos de hielo, y llegará lo peor, cometeréis el peor error que hará enlutar a una gran parte de vuestro mundo, caerá fuego lanzado por el hombre sobre pueblos y naciones, y todo eso ha de ser si no comienzan a vivir en unidad, si no retoman el sendero a mi morada, si no confiesan, como os he dicho, vuestros pecados, si no ponéis vuestras rodillas en tierra y piden perdón, si no rompen las ataduras por las cuales el ángel desterrado no os permite ir al gran encuentro. Amados hijos míos, nosotros os amamos, vuestro Padre os ama y ya os he dicho y os volveré a decir con la sencillez más grande en cada una de mis palabras, no os dais cuenta que he venido por pedido de mi Señor a decirles que les está dando una nueva oportunidad y vosotros no escuchan, por qué no os detenéis aunque sea un instante a oír, por qué están tan apresurados detrás del poder y riquezas que de nada os servirán, no comprenden que vosotros mismos estáis llevando a vuestro mundo a un final, no pueden comprender que vuestra tierra agoniza, y si ella agoniza con ella agonizarán todos vosotros, no pueden comprender que tienen que volver a estar unidos y no separados y peleados entre hermanos como os encontráis todos vosotros, cada uno se encuentra sumergido en distintas religiones habiendo abandonado la casa del Padre, habiéndole dado la espalda a mi Hijo, no escuchando mis pedidos y mis súplicas de Madre de todos vosotros, hasta cuándo estaréis en semejante postura, hasta cuándo tendrán que sufrir tantos pequeños porque vosotros sólo piensan en ambiciones y ser los dueños de todo, y de esa forma llevan a la agonía, al sufrimiento, al dolor, a las injusticias más crueles a millones de mis hijos, dónde estáis vosotros, amados Hijos predilectos, que no salen, dónde os encontráis que no escucho vuestras voces levantándose sobre aquellos que manchan mi morada y que masacran y persiguen a vuestros propios hermanos, es que estáis tan ocupados en pelear también por el poder que no podéis salir a defender mis muros y a muchos pastores como vosotros que son castigados y perseguidos igual que vuestros rebaños, hasta cuándo estaréis quietos y dejándose someter, si vosotros sabéis que en la unidad, en la oración, retomarán el sendero y entonces el mundo volverá a florecer y el mundo volverá a levantarse en la unidad y el amor y caminarán todos juntos, no habrá ya nunca más dolor sobre la tierra ni oscuridad, pero para ello tenéis que todos volver a unirse, no pueden seguir habiendo diferencias entre todos vosotros, no podéis seguir en la oscuridad y en el silencio, llegó la hora en que unidos vosotros a mis milicias celestiales salgáis a combatir contra el ángel desterrado, contra las fuerzas del mal, nada tenéis que temer, yo estoy entre vosotros, yo iré al frente de ella como capitana y Madre de todos vosotros. Despierten amados hijitos míos, vuelvan al sendero de la luz, vuelvan a la unidad de los pueblos, vuelvan a mi morada, vuestra morada, y en ella haced que su luz se eleve sobre los continentes y de esa forma esté de pie entre cantos y alabanzas para recibir a mi amado Hijo que muy pronto ha de descender para volver a caminar entre vosotros, para guiarlos como buen Pastor y para enseñarles a vivir una vida plena en el amor, la paz, la misericordia y el eterno amor. Amén.
SANTA MARÍA MADRE DE LA IGLESIA.

10/01/2011                                                    04:00 Horas.


Dice Santa María:

Hijos míos, cuántos de vosotros realmente estáis al servicio de mi Iglesia, cuántos sienten en vuestros corazones la Llama del Amor que he depositado para que la trasmitan a su vez a todos mis pequeños, cuántos salen a caminar y observan el dolor de todos vuestros hermanos de los pueblos y naciones que están siendo llevados por un sendero de injusticia y de dolor, cuántos ven en las miradas el pedido de ayuda, de encontrarse entre vosotros para hablar, para que os escuchéis, cuántos de vosotros habéis aprendido a acompañar a todos aquellos que viven en la más inmensa pobreza y luchar desde la palabra, hasta todo lo que tengáis a vuestro alcance, para que os oigan los gobernantes y miren a sus pueblos y los asistan en los momentos por los que os toca atravesar, cuántos de vosotros cuidan de la madre tierra, de la naturaleza, cuántos observan a todos aquellos que se apartaron de mi rebaño y van en su búsqueda y os preocupan porque se alejaron de la morada, se alejaron del rebaño y están solos, perdidos en medio de las tinieblas y han quedado a merced del ángel desterrado, que si no los vais a buscar, tened la más plena seguridad, que con inmensa astucia llegará a cada uno de ellos y con inmensos engaños los conducirá rumbo al sendero que en su final les ha de arrebatar sus almas. Por eso hoy os pregunto para que a su vez hagáis conocer mi pregunta a todos vuestros hermanos, y especialmente a mis Hijos predilectos, está muy claro que me gustaría que fueran sinceros y me dijeran lo que nosotros estamos observando desde ya hace muchos años, un total abandono entre todos, un total desinterés por aquellos que tanto sufren y padecen, un total desinterés por llegar a cada uno de ellos y sentarse a hablar y conducirlos de vuelta a mis muros y de esa forma no permitir que ninguna de mis criaturas ya más sean arrebatadas de mi morada, todos quieren vivir en un mundo de armonía y paz, pero nunca os preguntasteis quiénes son los culpables de no vivir en ese mundo, no pensasteis por un sólo minuto qué hicieron cada uno de vosotros para que esa paz y esa armonía se extienda sobre todos los continentes en vez de permitir y alimentar en las mentes de muchos las guerras, las discusiones, el odio, los rencores, las envidias como hoy hay en toda vuestra tierra sin importaos de nada el mal que muchas veces estáis cometiendo y el dolor que lleváis a vuestros hermanos, pero no os diré quiénes sois los culpables de tanta dejadez, porque si os ponéis una mano en vuestros corazones os daréis cuenta que todos sois culpables de lo que está sucediendo sobre todos los continentes, no podéis decir que no sois culpables porque todos sabéis, amados hijitos, que es tan culpable aquel que ejecuta como aquel que permite o hace que está mirando para otro lugar y no se dan cuenta, y os aseguro que muchos de vosotros sois los que miran para otro lugar con tal de no comprometerse y no salir en la defensa de ese hermano que tanto sufre y es sometido a las más crueles injusticias, hay entre todos vosotros una palabra que os venimos escuchando desde ya hace muchísimos años, es una palabra que vosotros habéis inventado que es no me debo METER porque si lo hago me traerá problemas y no quiero problemas, total a mí no me está sucediendo, y no os podéis dar cuenta primero que estáis abandonando a un hermano y que después vendrán por vosotros, y cuando eso ocurra qué haréis, a quiénes culparán de lo que os está ocurriendo a vosotros, a todos en vuestro mundo os puedo yo decir hoy con total dolor, a mi amado Señor como siempre lo hacéis cuando repiten continuamente por qué Señor me ocurre esto a mí, qué he hecho de malo, si cumplo yendo a vuestra morada, oyendo misa y confesando mis pecados, pero os olvidáis de algo importante que no sólo eso es vivir en comunión con CRISTO JESÚS, para vivir en eterna comunión con Él hay que caminar, y al caminar llevar su palabra y de esa forma evangelizar, hay que vivir en la sencillez, en la modestia y no levantar la voz nunca sino hablar, hacer comprender que lo que están haciendo no es lo correcto, enseñarles a vivir en unidad y a amar a todos vuestros hermanos por igual, a que tienen que estar todos unidos y no separados como lo están en estos tiempos. Por eso, amados hijitos, ya no culpéis más a mi Hijo, a vuestro Padre, al Espíritu Santo, a mí, vuestra Madre, a los Santos culpándolos de todo aquello que os ocurre y os pasáis diciendo que no os escuchamos, que no os ayudamos, que os dejamos sumergirse en las aguas turbulentas y hundirse en la más inmensa oscuridad, hace cuántos años que en todos los continentes ven mi presencia, hace cuántos años que a través de mis hijos e hijas que he elegido os hago llegar mis palabras, os advierto, os guío, os ruego que se unan, que no os separéis más del sendero de la luz, y a vosotros, amados pequeños, os digo desde mi corazón y quisiera que al leer esta pregunta reflexionen pero realmente y con la más inmensa sencillez digáis la verdad, sabéis que no os detenéis, amados hijitos, nunca, siguen cometiendo lo mismo y no paráis a darle la mano a  aquellos pequeños que tanto sufren, dejasteis que mi Iglesia en muchas partes de vuestro mundo sea manchada, no os importa si muchos de mis Hijos predilectos son injuriados y perseguidos, si son encarcelados, entonces, amados pequeños, no todos, pero aquellos que habéis permitido todo esto igual que aquellos Hijos predilectos que también os callan la boca y no salen en la defensa de sus hermanos, no podéis venir a decirnos por qué os ocurren algunas cosas que os hacen sufrir porque nosotros, tenéis que tener la más plena seguridad, nada tenemos que ver, sois vosotros mismos los que generan todo lo que os ocurre y están generando el final de los tiempos porque muchos de vosotros alimentan, os repito, tanto odio en vuestros corazones en vez de amor, el amor, hijitos míos, es lo único que ha de salvar vuestras almas y vuestro mundo, si no hay amor, si no tenéis esperanza, si no profesáis la fe, entonces estará todo perdido y sólo habrá oscuridad y en medio de esa oscuridad mucho dolor en todos los corazones de mis amados pequeños. Quiero decirles que los amo, os lo repito todos los días y cada minuto, que estoy entre vosotros es la verdad que no queréis ver y que no quieres comprender, que sufro y de mis ojos parten lágrimas por el inmenso dolor por el cual me hacéis atravesar, por eso hoy os ruego y os pido a través de mi Hijo que os unan y comiencen la gran unidad, es la última oportunidad que mi amado Señor os entregará, Él os ama, tenéis que comprenderlo, no os perdáis más entre las tinieblas, vuelvan a mi morada, confiesen, pequeños míos, vuestros pecados pero no vuelvan a caer nunca más, mantengan vuestras almas limpias, que sean la luz de esta nueva era, que sean la luz de las nuevas generaciones y construid entre todos de vuelta el Reino de mi amado Señor, haced una Iglesia fuerte y SANTA, sí, hijitos míos, SANTA como lo es en el REINO DE LOS CIELOS, y venid a mi encuentro y al encuentro de vuestro Padre, Hijo y Espíritu Santo unidos en la divina trinidad y el amor. Yo os pido desde mi corazón de Madre, volved y amaos unos a otros, os ruego amados hijitos míos, os ruego. Os amo. Amén.
SANTA MARÍA MADRE DE LA IGLESIA.

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