viernes, 28 de enero de 2011

Revelaciones Privadas a José Luis Belmonte (Enero 2011):



26/01/2011                                                    20:00 Horas.

Dice Santa María:
Hijo mío, hoy os pido que seáis el portador de mi palabra, hoy más que nunca a todos vuestros hermanos y hermanas del mundo, os pido que hagan reinar sobre toda la tierra el amor porque a través de él tendréis la paz tan ansiada, a través de él encontraréis la verdadera felicidad porque el amor es lo que tiene que reinar adentro de vuestros corazones, porque ese amor es el que os entregó mi amado Señor, vuestro Padre, a cada uno de vosotros y a través de mi amado Hijo vino a traerles a todos aquellos que no creían y que sólo vivían para someter y hacer crecer toda clase de odios y rencores en los corazones de todos vosotros. Por eso hoy os ruego que tenéis que liberar de vuestros corazones esa Llama de Amor que todos tienen adentro de vuestros corazones, y al liberarla se unirán en la luz que ha de iluminar todo el mundo junto al amor inmenso de CRISTO JESÚS que os cubrirá y comenzaréis a vivir una vida totalmente diferente, una vida llena de armonía, de paz, de misericordia. Por eso os pido que les transmitáis a todos que ha llegado la era que os tenéis que unir todos, dejar de lado todas las ideas y las agresiones y vivir para amar y glorificar a CRISTO JESÚS. Os ruego vuelvan a ser verdaderos hermanos y caminad todos juntos, vivan la vida llenos de misericordia y sembrando la palabra por toda la tierra, sean verdaderos misioneros del amor de CRISTO JESÚS y haced crecer las conversiones en todos los continentes, vivan en unidad y no os dejéis separar más por el ángel desterrado y las fuerzas del mal, combatidlo con todas las fuerzas, sabéis cómo lo podéis vencer amados hijitos míos, unidos todos en oración, a través del SANTO ROSARIO cegaréis al ángel desterrado y veréis en todo el mundo grandes conversiones, y a aquellos que un día dejaron de ir a mi amada Iglesia los veréis ingresar y ponerse de rodillas para confesar sus pecados y liberarse de toda atadura, para recibir el Cuerpo y la Sangre de mi amado Hijo y desde ahí comenzarán a caminar todos juntos e irán sembrando aún en los corazones más endurecidos esa semilla que ha de germinar y de esa forma irán avanzando. Tenéis que comprender y entender que nada ni nadie podrá jamáis contra mi morada, contra vuestro amado Padre, vosotros triunfaréis junto a las milicias celestiales todos unidos a través de la oración, en un combate final desterrarán de este mundo al ángel desterrado y a sus seguidores haciendo que caigan en su propia oscuridad y liberando vuestros corazones y vuestras almas de toda oscuridad y atadura, seréis libres, y al ser libres podréis vivir en plena unidad todos los pueblos y naciones del mundo y os uniréis bajo una sola luz, la luz divina del amor, del amor del Padre, Hijo y Espíritu Santo. Amados hijitos míos, os pido y os ruego, seguid tras los pasos de mi amado Hijo y vivan en libertad, y no os olvidéis de hacer crecer el amor en todo lugar de vuestro mundo. Yo os pido que hagáis llegar mi humilde pedido de Madre a todos mis Hijos del mundo para que se unan, para que termine toda tentación de ingresar en nuevos enfrentamientos como en muchos lugares de vuestro mundo están tratando de guiarlos aquellos que están poseídos por el ángel desterrado, no escuchéis sus voces, sólo escuchad la voz que os dicta vuestro corazón porque a través de él os estaré hablando, porque a través de él se encontrarán en el sendero de la luz y hallarán la tan ansiada paz para un mundo que se encuentra perdido entre las llamas, el odio, el rencor y la inmensa ambición de sus gobernantes. Os ruego a todos vosotros, el mundo, amados hijitos, no tiene dueños, es de todos vosotros, vuestro amado Padre, mi amado Señor, os lo entregó a todos por igual para que vivan en eterna unidad y comunión y sembréis en él la semilla eterna del amor. Os ruego y os pido hacedlo, estáis a tiempo de cambiar la inmensa tormenta que quieren desatar sobre vosotros, estáis a tiempo de detener el odio entre hermanos, estáis a tiempo de volver a construir un mundo de armonía, de amor, de justicia y de paz. Vuelvan todos unidos a mi morada, estén juntos y no permitan ya más que nada ni nadie os confunda, sigan las enseñanzas del LIBRO SAGRADO y cumplan con los SAGRADOS MANDAMIENTOS, os ruego, porque si no lo hacéis entonces muchos llorarán y la soledad y la oscuridad descenderá de la mano de los hombres en muchas naciones que forman vuestro mundo, un mundo en el que hoy reina el dolor y la soledad. Recordad siempre que sois todos hermanos e hijos e hijas del mismo Padre, recordad que tenéis que estar unidos bajo mi manto SAGRADO DEL AMOR Y LA MISERICORDIA, yo he venido a traerles la palabra, a ponerme adelante de mis milicias y prepararlos para la gran llegada de mi Hijo a vuestro mundo, prepárense para recibirlo, por eso comiencen volviendo a mi Iglesia, escuchando a mis Hijos e Hijas predilectas y acudid al llamado de quien se encuentra en el Trono de Pedro, él es el que os tiene que guiar, él es quien tiene en sus manos el poder de llevar al rebaño a través de vuestros Pastores hasta la llegada de mi amado Hijo a vuestro encuentro. Os amo, os pido a todos mis hijos e hijas del mundo eterna unidad entre todos vosotros y no sigan oyendo más la voz de aquellos que sólo quieren y desean llevarlos a un enfrentamiento donde sólo habrá dolor y llanto para que ellos puedan vivir como desean llenos de lujos y placeres, tenéis que ayudaos entre todos, no tienen que haber fronteras, deben ser una sola nación, la nación de CRISTO JESÚS basada en sus SAGRADAS ESCRITURAS. Oíd la palabra del amor y seguid tras sus huellas amados hijos e hijas de mi corazón. Os amo. Amén.
SANTA MARÍA MADRE DE LA IGLESIA.


26/01/2011                                                    03:00 Horas.

Dice Santa María:
Amados hijos míos, os llamo a la reflexión, a la meditación y a la oración a todos los pueblos del mundo, a todos mis pequeños de mi corazón, en la unidad de todos sin distinción de razas ni naciones, unidos en el amor inmaculado de mi Hijo, abrazando cada uno de vosotros vuestras propias cruces y caminando por un sendero de luz con un alma limpia de todo pecado. Os pido y os ruego la unidad entre todas las religiones, aquellas que se apartaron de mi morada, os ruego a quienes se encuentran al frente de ellas que vuelvan a la unidad, que os sentéis a dialogar, a encontrar adentro de vuestros corazones la luz y la verdad, que de nada os sirve haberse apartado de mi amada Iglesia porque no encontraréis en esa separación una nueva religión basada en el amor de CRISTO JESÚS, no pueden haber separaciones, tiene que haber entendimiento, comprensión y diálogo entre todos, no podéis separar a mis pequeños de mi morada, de la casa del Padre, porque vosotros no sois, quizás, comprendidos u otros por obtener poder y de esa forma desafiar a CRISTO JESÚS vistiéndose de cordero manso y bueno y no os dais cuenta que no lo sois, que el ángel desterrado pudo ingresar en los cuerpos y en los corazones de muchos de vosotros para hacer desaparecer mi morada, pero nunca lo podrá llevar adelante, nunca podrá hacer pelear a mis hijos y nunca podrá seguir sometiendo, como lo ha hecho hasta estos tiempos, a muchos de mis pequeños a través de la mentira, a través de las injurias que les hizo creer de mis Hijos e Hijas predilectas, o no os dais cuenta que aquellos que están al frente de muchas religiones también cometen errores y son hombres igual que mis Hijos, que también tienen tentaciones y que también viven en la opulencia y tienen lugares faraónicos que nada tienen que ver con la humildad de mi amado Hijo y de lo que Él les pidió a sus discípulos. Todos vosotros os atacáis entre sí como lobos hambrientos, sedientos de poder, sedientos de seguir dividiendo los pueblos y naciones, llevándolos a enfrentamientos e ingresando en un sendero de oscuridad, vosotros creasteis un Libro de la Verdad y la Vida que nada tiene que ver con la más inmensa realidad, vosotros no me reconocéis como vuestra Madre, vosotros hacéis cosas dentro de vuestros templos y cometéis muchas injusticias basadas en nombre del amor, os creéis una raza superior, os creéis que sois los únicos que poseen la verdad, no os voy a decir que muchos de mis pastores no se equivocaron el sendero, no os puedo decir que muchos no viven en la opulencia y no miran a sus rebaños que padecen frío, hambre, dolor y no se preocupan de sus almas, también lo sé, pero amados hijos, aquellos que se apartaron de sus rebaños si no vuelven, si no se dan cuenta del mal que le estáis haciendo a vuestros rebaños, si no cuidan de ellos tendrán que, cuando les llegue el Juicio Final, responder por todo ello y os aseguro que han de padecer mucho más que aquellos que vosotros descuidaste y se apartaron de mi morada. Pero también quiero decíos a todos mis Hijos e Hijas predilectas que cumplen con sus votos, que se encuentran donde están los enfermos, los que no tienen qué comer, los que sufren las más crueles injusticias, aquellos que son perseguidos y a muchos los llevan hasta el sufrimiento más grande y el dolor, hoy os quiero decir que en mi morada encontraréis miles de Hijos e Hijas que se encuentran al lado de cada uno de aquellos que sufren y padecen junto a cada uno de vosotros, que mi Iglesia es el lugar de luz para todos aquellos que llegan hasta ella, que estamos esperándolos con nuestros brazos extendidos y que comprendáis que nosotros no hicimos que os separen, todo lo contrario, vuestra Madre os pide todos los días y en todo momento en todos los continentes a mis Hijos e Hijas que reciben mis mensajes que llamen a la unidad del gran Pueblo de mi amado Señor, a la gran Nación de CRISTO JESÚS y que caminen todos juntos unidos por el amor, por la misericordia, la justicia y la paz y que vuelvan a la oración del SANTO ROSARIO, de LA CORONILLA, que forméis en vuestros hogares, plazas, en mi propia morada, Cenáculos de encuentro, de oración, de entrega y que a través de ellos hablen y lean las Sagradas Escrituras y mediten día a día lo que allí se encuentra escrito, pero no dejéis nunca de escuchar y de leer lo que les voy enseñando y mostrando en ésta nueva era a cada uno de mis pequeños. Muchos de vosotros no quieren aceptar, no quieren ver que yo, vuestra Madre, me presento frente a ellos, que os traigo mi palabra para que os haga despertar de este inmenso sueño que no os deja ver la realidad de un mundo y una nueva vida que os va separando cada día más de mi morada, y al separarse se pierden en la inmensa oscuridad y quedáis muchos de vosotros a la merced del ángel desterrado y de todas las fuerzas del mal. Hoy os ocurren muchas catástrofes, como vosotros dicen, en distintos lugares del mundo y sabéis porqué, porque vosotros habéis desafiado todo en vuestra tierra, hasta a la misma naturaleza, y no cesará, todo lo contrario amados hijitos, si no comenzáis a buscar el sendero, si no confiesan vuestros pecados, si no vuelven a tomar vuestras cruces y las llevan con verdadero amor, si no vuelven a la unidad, si no os respetáis como hermanos, si siguen permitiendo que aquellos que están al frente de las naciones hagan y decidan una libertad que sólo les da placer y bienestar a ellos, porque muchos de vosotros sois asfixiados por esa libertad que ellos proclaman con inmensas mentiras. Hijitos míos, en la vida todo tiene que tener un orden y el orden deberá comenzar desde lo más alto hasta el más pequeño y todos tenéis los mismos derechos y las mismas obligaciones, pero pareciera que esto no es de esta forma, pareciera que los pueblos y el que nada tiene deberían tener que llevar adelante todo a través de sacrificios y dolor, pero no aquel que está sentado frente a los pueblos. Yo no quiero más guerras mandadas por aquellos que se encuentran unidos al ángel desterrado porque sino veré llorar a muchos pueblos y naciones, y uno de ellos será aquel que lo gobiernan las camisas rojas, aquel que lleva a su pueblo a su propia desunión sólo por obtener poder, que sólo intenta todo el tiempo llevar a una guerra a una buena parte del continente. También quiero hablarles a aquellos países poderosos, que dejéis de inventar y de mentir a sus pueblos para que ocupen tierras que no os pertenecen y que dejéis vivir en armonía y paz a cada uno de ellos, vivan para gobernar adentro de vuestro país, bastantes discordias y enfrentamientos tienen, no quieran volver a ser los que quieran llevar a un mundo a una destrucción a través de una inmensa guerra sin final. Hijitos míos, hoy mueren cada vez más niños y hermanos y hermanas vuestras en el mundo por hambre, por falta de ayuda, por falta de comprensión, de amor de todos vosotros, por eso os pido a todos vosotros, a esos pueblos que en sus mentes sólo sienten el grito de guerra, que bajéis de una buena vez vuestras armas y construyan un mundo de armonía y paz, porque de lo contrario os perderéis entre el fuego, por más poder que pensáis que tenéis, y todo será desolación, dolor y llanto, nada dejaréis a vuestro paso, pero ninguno de vosotros tendrá el trono, no seréis los dueños del mundo porque el mundo no es de vosotros. Hoy, amado hijo, os pido que hagáis que mis palabras lleguen al corazón de cada Hijo, que recorran todos los continentes, que se unan todos vosotros y todas las religiones y gobiernos que quieren y aman la paz para detener una escala total de masacre y enfrentamientos que han de venir de la nación del norte junto a la nación de camisas rojas, si vosotros permitieran que se llevara adelante entonces os puedo asegurar que se irán involucrando lentamente todos en un inmenso dolor y llanto. Os ruego y ruego a quienes están al frente de mi morada y aquel que se encuentra en el Trono de Pedro que intensifique sus pedidos, que os unan como ejércitos de paz para hacer detener el fuego que descenderá desde el mismo cielo a través de muchos países que serán llevados al enfrentamiento a través de la mentira y de la ambición de sus gobernantes. Os ruego y os suplico, la oración, amados hijitos, salvará al mundo, la oración, la entrega, la misión de todos vosotros es la unidad y sembrar como os vengo pidiendo la paz, sí, amados hijitos, la paz sobre todo el mundo, y aún más en los corazones de todos vuestros hermanos, id a buscar a todos aquellos que se apartaron de mi morada, que se apartaron del gran rebaño, recorred ciudades, pueblos, naciones y vuelvan a la unidad, al amor y la paz y todos juntos vuelvan a mi Iglesia y a su luz que ha de iluminar y brillar en toda su intensidad y se ha de levantar sobre el mundo en signo de amor y paz para todos mis amados hijitos por igual. Amén.
SANTA MARÍA MADRE DE LA IGLESIA.

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